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“No es cuestión de comer bien, sino de dejar de comer mal”

Julio Basulto

“No es cuestión de comer bien, sino de dejar de comer mal”

Julio Basulto

Dietista-Nutricionista


Creando oportunidades

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Julio Basulto

Creer que comer de todo es saludable, que el desayuno es la comida más importante del día o que añadiendo vitamina D y C a tu alimentación tendrás más salud son algunos de los mitos más extendidos entre la población. Para el dietista-nutricionista Julio Basulto, la clave no está en comer bien, sino en dejar de comer mal: “Los daños a la salud no se compensan tomándote soja germinada; es mejor que recuerdes que, tanto para tus hijos como para ti, la clave es alejar de tu día a día los productos malsanos, que piensas que son excepción pero que, en realidad, son norma”.
Fue editor de la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, y Basulto también ejerce como docente en diversas instituciones y consultor en comités especializados. Además, colabora en múltiples medios y es autor de numerosas publicaciones científicas y libros como ‘No más dieta’, ‘Mamá come sano’, o ‘Se me hace bola’, donde aborda temas como la alimentación vegetariana, la obesidad infantil y la creciente preocupación por comer sano. Julio Basulto desmonta falsas creencias a través de una sólida base científica. Su principal objetivo es que comamos conscientemente porque “no se trata de ‘imponer’, sino de incorporar dentro de casa un patrón de dieta sana para que nuestros hijos aprendan con el ejemplo”, concluye.


Transcripción

00:02
Vanesa Guerra . Hola, Julio. Gracias. Bienvenido, soy Vanesa, soy una mamá y estoy muy agradecida de poder hacerte una entrevista acerca de algo que nos interesa tanto a los papás que es la alimentación. En estos momentos es muy difícil mantener una alimentación equilibrada con nuestros hijos porque nos llegan mensajes muy contradictorios de fuera. ¿Qué consejo nos darías para poder mantener una alimentación equilibrada en casa?

00:28
Julio Basulto. Gracias, Vanesa. Gracias por esta entrevista. El primer consejo para mí es no preocuparnos tanto de la alimentación, sino sobre todo de las primeras causas de mortalidad y de accidentes en los niños, que son sobre todo los factores que están bajo nuestro control. En la primera infancia los niños no mueren con nada relacionado con la nutrición. Mueren por accidentes de tráfico evitables, mueren porque se ahogan en una piscina. Mueren porque se caen por una escalera, o porque se caen por un balcón, o por un enchufe, o por un cuchillo, o por una cocina, unos fogones. Entonces, el primer consejo a esos padres preocupados por la alimentación es que se despreocupen un poco de alimentación, y que focalicen sus esfuerzos en recordar que cuando el niño está en la escuela, donde hay un adulto vigilando a 20 niños, ocurren muy pocos accidentes y, sin embargo, cuando el niño está en casa donde hay muchas veces dos adultos vigilando a un único niño, allí ocurren accidentes en muchas ocasiones graves.

01:21

Vigilar constantemente al niño porque corre peligro, su vida corre peligro. No nos olvidemos del cinturón, en el coche mejor a contramarcha, cuidado con las carreteras, etcétera. Lo que deberíamos tener presente es no quitarle ojo, la piscina, por ejemplo, jamás quitarle ojo. Lo segundo, vuelve a no tener que ver exactamente con la nutrición, sí con la salud pública, que son las vacunas. Hay, desgraciadamente, hay una corriente antivacunas y esa corriente puede poner en serio riesgo la salud de muchos niños. Las vacunas pueden prevenir de tres a cinco millones de muertes cada año. No vacunar al niño es un serio error y conviene recordárselo a los padres de nuevo. Y eso es algo que no es exactamente nutricional y que tiene que ver con su salud. Y lo último que yo diría antes de empezar a hablar de nutrición, que tampoco tiene que ver con la salud, es el buen ambiente en el hogar. La hostilidad en el hogar se correlaciona con niños que tienen no solamente peor autoestima, sino que además comen peor, tienen más riesgo de obesidad y más riesgo de trastornos de comportamiento alimentario. Así que, intentemos generar un ambiente en el hogar en el que haya calidez, en el que haya armonía, en el que haya respeto. Si tenemos una discusión con nuestra pareja, o con nuestros padres, o con nuestros amigos, no la tengamos delante de los niños. Intentemos evitar que el niño presencie situaciones agresivas, situaciones violentas. Y una vez que ya entramos en el terreno de la nutrición, lo primero, o lo más importante en la primera infancia por lo menos, es la lactancia materna, que es un pilar de salud pública descuidado. Y las fases de lactancia materna han aumentado, pero no en absoluto lo que debería.

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Los estudios rigurosos constatan que si queremos que nuestros hijos de mayores coman bien, lo más importante es que nosotros comamos bien. No es tanto lo que dices, sino lo que haces. Eso es educar. Educar es educarte a ti. Yo estoy convencido que los niños nos educan a nosotros. Tú ves que tu hijo es un espejo de lo que estás haciendo mal y dejas de hacerlo mal para que él no lo haga mal. Por lo tanto, te ha educado él a ti. Bien, primero, el ejemplo de los padres. Y el segundo, la disponibilidad en el hogar. Ojos que no ven, corazón que no siente. Hay un par de psicólogos a los que admiro mucho, que son Alberto Soler y Conchín Roger. Ellos dos tienen un libro que se llama Hijos y padres felices, y en él tienen una explicación muy buena para esto que explico de la disponibilidad en el hogar y de los ojos que no ven, corazón que no siente. Ellos dicen: «Pon en tu casa un cajón en el que se lea, lo escribes tú: no abrir bajo ningún concepto». Tú misma y yo mismo, por supuesto, al cabo de un rato, no hace falta que pasen días, lo abrirás a ver qué había dentro. Y en otro cajón, dicen ellos, Alberto y Conchín, pon: «Aquí siempre los juguetes», lo escribes en rotulador. Ahí no los pondrás.

03:58

Si esto nos cuesta a los adultos, a mí mismo por ejemplo, me cuesta contenerme con el chocolate. Yo sé que el chocolate es un alimento cariogénico y obesogénico y que no es muy nutritivo, pero me cuesta contenerme. Por lo tanto, no sé dónde está. Yo sé que en casa hay chocolate, pero no sé dónde está. ¿Por qué? Porque tengo tres hijas y de vez en cuando celebramos algún cumpleaños.

04:14
Vanesa Guerra. Pero supongo que el chocolate que tendrás será cuidado, no es un chocolate de una marca con mucho azúcar. Supongo que será un chocolate cuidado, de un porcentaje puro o casi puro.

04:24
Julio Basulto. Sí.

04:25
Vanesa Guerra. Es recomendable tomar chocolate si es puro, porque creo que hace conexiones con las neuronas más rápidamente, ¿no?

04:32
Julio Basulto. No, no, no, no. Eso es falso e ilegal. Si fuese legal lo pondría en la etiqueta. Es decir, cuando algo es legal, por ejemplo, cuando te dicen: «Este yogur disminuye el colesterol», eso es legal y por eso lo ponen. Si no, no lo pondrían. Otra cosa es que disminuya el riesgo cardiovascular. Esos yogures que bajan el colesterol no bajan el riesgo cardiovascular que es lo importante. Pero bueno, es legal decir que bajan el colesterol. Si esto se permite es porque hay una legislación que lo ha aprobado. En el caso del chocolate no se ha permitido, y estarían encantados de hacerlo. El chocolate, las palabras «chocolate» y «salud» son bastante incompatibles. Tú tienes que pensar que el chocolate es un producto superfluo, y si piensas que el 90 por ciento o el 70 por ciento es más saludable, probablemente comerás mejor. No, el chocolate que yo tomo en casa es el chocolate normal y corriente, porque como no hay grandes diferencias compro el más barato. Esa es la filosofía nuestra. Bueno, como digo, si a mí me cuesta contenerme con el chocolate, yo que soy nutricionista, imagínate a mis hijas si les va a costar contenerse con los productos que están buenísimos y que son superfluos. La disponibilidad en el hogar es determinante. De igual manera que lo es la lactancia. De igual manera que es el ejemplo en el hogar. Y la disponibilidad en el hogar significa, sobre todo, que cuando llegues a tu casa, y cuando yo llegué a mi casa, y cuando la gente que nos escucha llega a su casa, abra el armario de las magdalenas, de las galletas, de los cruasanes, de las patatas fritas de bolsa, de la bollería en general, abra la nevera en la que hay refrescos, mal llamados refrescos, porque son bebidas azucaradas. Abra esa nevera donde hay un montón de postres lácteos. Abra ese congelador donde hay un montón de helados los 365 días del año, no solamente en verano, y lo tire todo a la basura, y los guarde para una ocasión especial. Y ese día lo compras, compras una pequeña cantidad y sólo consumes esa pequeña cantidad.

06:07

Y para los niños, a mí me gusta mucho una campaña que promovió Michelle Obama, que se llamaba «La campaña cinco, dos, uno, cero». Una campaña que para mí resume bastante bien qué es, o qué debería ser, la salud infantil, los pilares de la salud infantil. Cinco, dos, uno, cero. Unos números importantes. Primero cinco, cinco raciones de frutas y hortalizas como mínimo cada día. Esto no significa que tengamos que obligar al niño a que se lo coma. Sencillamente ponemos a su alcance raciones de frutas enteras y hortalizas, si se las quiere comer bien, y si no también bien. La educación también pasa por la exposición, por que sepa que está ahí. Dos, dos horas máximo de pantallas al día. Eso incluye tablets, móviles, por supuesto, televisión y ordenadores, dos horas máximo de pantallas al día. Una hora mínimo de actividad física al día y cero bebidas azucaradas. Y dentro de este cero tenemos que incluir, por supuesto, a los zumos, de los cuales si quieres…

07:02
Vanesa Guerra. Sí, sí, iba a preguntarte justamente cuando estabas hablando de la alimentación en casa, ¿no? En verano los niños no suelen estar en casa, van a campamentos, o van a casa de los abuelos, o aparecen los helados, o los zumos. Entonces, quería preguntarte en ese caso, ¿qué consejos nos darías para seguir manteniendo la alimentación equilibrada y sana que sí hacemos en casa?

07:31
Julio Basulto. Bueno, es difícil. A los niños cuanto más les prohíbes algo, más ganas tienen de hacerlo. Prohibir es despertar el deseo. Nos pasa también a los adultos, le pasa al niño. Si nos cuesta convencer a los que nos rodean para que dejen de comer mal, ¿cómo vas a convencer a tu hijo? Si cuando tú vas a casa de tus amigos hay un montón de productos superfluos, ¿de quién es la culpa? ¿Del niño? ¿Tuya porque no se lo has dicho a tus amigos? ¿De tus amigos? En casa de tus padres, de tus suegros, en las colonias, en la escuela. Tenemos un ambiente en el que todo el mundo tiene normalizado que por un poquito no pasa nada y que de algo hay que morir. Yo lo que recordaría en estos casos es, primero, llevar siempre comida sana encima. Si llevas comida sana encima, el niño la va a comer, tarde o temprano la va a comer. Tendrá hambre en algún momento y si la llevas, la comerá. Intentar explicar a la gente que nos rodea que no solo es cuestión de comer, que también es cuestión de jugar, que podemos celebrar de otra manera que no sea exactamente comiendo, y comiendo comida basura. Pero, sobre todo, recordaría que, fíjate, lo que he dicho al principio proviene… ahora te digo el qué, proviene de un metaanálisis muy serio, de un estudio riguroso: la disponibilidad en el hogar, el ejemplo de los padres y la lactancia son los que determinan la salud infantil desde el punto de vista nutricional a largo plazo. Entonces, el papel de la escuela, el papel de las excepciones, el papel de los cumpleaños, sí es importante, pero no es determinante. Lo determinante es el día a día, lo que hace cada día tu hijo en casa. Entonces, más que buscar la pelea en ese momento, la discusión con la gente que nos rodea, me relajaría y pensaría: «Bien, esto es excepción y esto no es lo que está nutriendo a mi hijo, lo que está nutriendo a mi hijo es el ejemplo cotidiano de los alimentos que yo tengo en el hogar». Y acabando con qué es la alimentación saludable en la infancia, acabaría con tres reflexiones más.

09:12

La primera, es que no es cuestión de comer bien, sino cuestión de dejar de comer mal. Pensamos que podemos compensar un patrón malo de alimentación con productos que tienen un sello eco, que dicen que no tienen gluten, que tienen lactosa, o que por ejemplo, dicen que no tienen azúcar. Y no funciona así, es mucho mejor pensar en lo que dejamos de hacer mal. ¿Qué es comer bien para los expertos en salud pública? En la primera infancia, la lactancia materna, sobre todo o en su defecto, a la leche de fórmula, perfecto. Y a partir de los dos o tres años en adelante, la alimentación saludable se puede resumir en más vegetales, menos animales, y pocos o ninguno productos procesados y alimentos superfluos. Esa sería la clave de una buena alimentación. Es mucho resumir, pero es que en el fondo es así de simple la reflexión.

“No es cuestión de comer bien, sino cuestión de dejar de comer mal”. Julio Basulto
Quote

“Una alimentación saludable consiste en más vegetales, menos animales, y pocos o ninguno productos procesados y alimentos superfluos”

Julio Basulto

09:55
Vanesa Guerra. Hablaste antes de los zumos, o los jugos, que es un tema que te interesa y a nosotros también, porque hasta hace muy poco, hasta que salieron estudios, o personas, o nutricionistas como tú que cuestionaban los zumos de fruta, se hacían zumos en casa todo el tiempo, era una manera de tomar vitaminas alternativa a la fruta. Entonces, ¿cómo es más sano tomar la fruta? Y, sobre todo, qué frutas nos recomiendas especialmente en verano.

10:24
Julio Basulto. Cualquier fruta en cualquier época del año es siempre saludable, siempre que la tomemos entera. Los estudios que indican que los zumos de fruta, aunque sean caseros, promueven la obesidad y aumentan el riesgo de diabetes tienen muchos años. Los zumos de frutas son desaconsejables. Claro, no son veneno, no se pueden comparar, desde luego, a una bebida alcohólica, o a una bebida, entre comillas, energética. Es cierto, pero la población tiene integrada esta creencia de que nos dan las vitaminas que no estamos tomando porque nuestro patrón de alimentación no es saludable y queremos compensarlo tomando el zumo de fruta. Y, entonces, aquí ocurren dos cosas malas. La primera es que tú crees que te faltan vitaminas y no te faltan vitaminas. A la población española adulta o infantil, en general, no le faltan vitaminas. Hay alguna vitamina deficitaria como, por ejemplo, en el embarazo, que es el ácido fólico y te lo suplementa el ginecólogo, te lo suplementa. Pero, en general, a la población no le faltan vitaminas, le sobra azúcar, le sobra sal, le sobran calorías vacías, le sobran grasas insalubres, le sobra alcohol, le sobran ultraprocesados. Es más, tiene más sentido quitar lo malo que añadir lo bueno. Ese es el primer fallo, pensar que nos faltan vitaminas. Y el segundo fallo es que ocurre la paradoja de que tú te tomas el zumo de fruta pensando que haces salud. Y ocurre justamente lo contrario, es decir, que estás tomando algo que promueve la obesidad. ¿Por qué promueve la obesidad? Porque son calorías líquidas, cuando tú masticas una pieza de fruta, eso te lleva un rato. Esa masticación ejerce un efecto de saciedad en tu organismo que no lo hace beber la fruta. Tú te puedes beber un zumo de tres naranjas en ocho segundos. Esos azúcares entran rápidamente en tu cuerpo y se pueden transformar en grasa si eres sedentario, como lo somos la mayor parte, España es el país más sedentario de la Comunidad Europea.

12:01

Total, ¿por qué no ocurre esto con la fruta entera? Pues no ocurre porque sus azúcares no son libres, no están liberados. Cuando están en forma de zumo entran rápidamente en tu cuerpo, y cuando los masticas entran lentamente. Por eso, la OMS llama, la Organización Mundial de la Salud, denomina a los azúcares de la fruta entera azúcares intrínsecos, tiene una denominación diferente que los de la fruta en forma de zumo que se llaman azúcares libres, que son los mismos azúcares libres que puedes encontrar en una bebida azucarada mal llamada refresco. Respondiendo a tu pregunta, ¿qué fruta conviene que tomemos en verano? La de la que sea la estación, la que encuentres barata cerca de tu casa. A mí me gusta mucho la nueva guía de la Generalitat de Cataluña de alimentación, no sé si la conoces, que se llama «Pequeños cambios para comer mejor». Esta guía ha renegado de la famosa pirámide de la alimentación. ¿Te suena la típica pirámide de la alimentación?

12:48
Vanesa Guerra. Sí, sí.

12:48
Julio Basulto. Pues, por primera vez, esta nueva guía reniega de la pirámide y envía tres mensajes a la población, simples, que son tres columnas. La primera columna dice: «Más», la segunda columna dice: «Cambia a» y la tercera columna dice: «Menos». Es bastante fácil de recordar: «Más, cambia, menos». En el «más», ¿qué te dice? Más frutas y hortalizas, más legumbres, más frutos secos, más vida activa y social, social: come en familia, come mirándote a los ojos con tus hijos. De hecho, comer con tus hijos mirando a los ojos, probablemente, es más importante que lo que hay en el plato, más nutritivo que lo que hay en el plato. «Cambia a», cambia a agua, bebe agua del grifo si es potable en tu zona, que es más saludable, y además es más sostenible y más ecológica. Cambia a productos integrales, cambia a alimentos de temporada y proximidad. Esto es importante, de temporada y proximidad, venía un poco a lo de qué fruta tenemos que tomar. Pues será siempre más recomendable tomar una fruta de temporada, porque es más barata, porque es más sostenible, y de proximidad porque tiene menos huella de carbono. No es lo mismo comprar una fruta que viene de la otra parte del mundo que va dejando un montón de residuos en el medioambiente, que comprar una fruta que viene de cerca, de un cultivo de cercanía, de no muchos kilómetros. El tercer mensaje que emite la nueva guía de la Generalitat de Cataluña es «menos», toma menos azúcar y productos azucarados, toma menos sal y productos salados, toma menos carne roja y carnes procesadas. Y, por último, toma menos alimentos ultraprocesados.

14:15
Vanesa Guerra. Tienes una fórmula para describir los buenos hábitos saludables, que es a través de la palabra «saltar».

14:21
Julio Basulto. Sí.

14:21
Vanesa Guerra. Me gustaría que lo explicaras.

14:24
Julio Basulto. Sí, sí, sí, gracias. En el libro Secretos de la gente sana puse este acrónimo: «Salta», pero en el penúltimo, en el Más vegetales, menos animales, que escribí junto a Juanjo Cáceres, el doctor Juanjo Cáceres, pensamos que le faltaba algo a ese acrónimo y le pusimos una erre. El 87 por ciento de las enfermedades no transmisibles, o enfermedades crónicas, que son las que se llevan a la mayor parte de la gente que queremos al otro barrio, es decir, que matan a nuestros seres queridos, tienen que ver con el estilo de vida. Y por eso se me ocurrió este acrónimo de saltar. Son enfermedades que todos tenemos en la cabeza, como por ejemplo enfermedades cardiovasculares, como por ejemplo cáncer, como por ejemplo la diabetes tipo 2. De hecho, dos de cada tres personas que fallecen a nuestro alrededor son solamente por estas tres patologías. Así que todos conocemos a alguien que ha muerto por una de estas patologías. Pues, ¿cuáles son los pilares de ese estilo de vida? Hay otros factores que influyen en el estilo de vida por cierto, por ejemplo, las vacunas que hemos mencionado antes, o por ejemplo la seguridad alimentaria, aquí los alimentos son seguros. Otra cosa es que sean sanos, pero son seguros. Los pilares de una buena salud son, en nuestro medio, «ese»: sedentarismo. Huir del sedentarismo. El sedentarismo está ocasionando en nuestro medio cerca de cinco millones de muertes cada año, es uno de los principales factores de mortalidad. Y eso es importante, sobre todo, si recordamos que España es un país muy sedentario. Es uno de los países más sedentarios de la Comunidad Europea. Hay autores que consideran que debería considerarse un factor de riesgo trabajar sentado. Hay muchos países donde se trabaja de pie, deberíamos movernos más a menudo y, como mínimo, hacer 10.000 pasos que seguro que lo sabes.

15:58

Yo llevo siempre un reloj encima contándome los pasos que, por cierto, están a punto de subirlo. Aún se está planteando subir esta cifra.

16:04
Vanesa Guerra. A más.

16:04
Julio Basulto. A más. Que ya está bien 10.000. Bueno, si puede ser, cuanto más mejor también. Sin lesionarnos. La «a», alcohol. Y cuidado que no he dicho alcoholismo, alcohol. La OMS dijo en 1985: cuanto menos mejor. Es un mensaje que sigue siendo válido, cuanto menos alcohol mejor. Yo me permito añadir: «Cuanto más, peor», porque hay gente que no acaba de interpretar el mensaje y piensa que una copita de vino es buena, y no, una copita de vino no es buena. No solamente no es buena, sino que es peligrosa. «Ele», lactancia artificial. No es cuestión de decir a la gente: «Da el pecho», porque no funciona. Cuando emitimos mensajes de lo positivo que es dar el pecho, las mujeres no dan el pecho, y sin embargo cuando transmitimos a la población que la lactancia artificial supone asumir ciertos riesgos, no significa que vaya a matar al niño, porque no funciona así, las tasas de lactancia materna aumentan. Entonces, no tenemos que basarnos solamente en lo que yo creo que está bien, en el positivismo y en positivizar el mensaje, sino en lo que ha demostrado de verdad, de forma rigurosa, que aumenta las tasas de lactancia materna, que como digo, son un pilar de salud pública. Si hago una foto a un niño que ha tomado el pecho y a otro que no ha tomado el pecho, no hay diferencias. Mi hermano pequeño, por ejemplo, que nos llevamos un año y medio, él y yo, Jaime, tienen la misma salud que yo o más, y él no tomó el pecho.

17:16

«Te», tabaquismo. Las cifras de tabaquismo en España estaban disminuyendo y han dejado de disminuir, están estancadas y posiblemente estén aumentando. Algo está pasando y es momento de recordar a la población que el tabaco mata. Una persona que fuma es una persona que, probablemente, en el 50 por ciento de los casos va a morir a causa del tabaco y en todos los casos va a tener consecuencias sobre su salud. Se estima que en España mueren cada día 150 personas por culpa del tabaco. Eso es como si un avión se estrellase sin supervivientes cada día. En el tabaco, por cierto, y acabo con el tabaco, el mensaje que tenemos que dar a la población es: «Pide ayuda sanitaria para dejar de fumar». La ayuda sanitaria multiplica por diez las posibilidades de que tú dejes de fumar. En parte porque has pedido ayuda. Porque esto pasa como cuando vas al psicólogo. Yo cuando he ido al psicólogo ya no digo que…

18:02
Vanesa Guerra. Hay una voluntad.

18:03
Julio Basulto. Hay una voluntad de cambio, efectivamente, que es importante. «A», alimentación malsana. No te digo: «Come bien», te digo deja de comer mal. La alimentación malsana se sabe que es un factor causal en las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en nuestro medio. Así que no es cuestión de: «A mí no me va a tocar», probablemente a ti quizá no te toque, pero a escala poblacional sí toca. Comemos mal, comemos fatal, y esa mala alimentación va a determinar nuestra salud a largo plazo. Hay una frase de Jonathan Swift que dice: «Todo el mundo quiere cumplir muchos años, pero nadie quiere ser viejo». La gente en España tiene una esperanza de vida bastante alta, vivimos unos 85 años, pero de los 65 a los 85 vivimos en un cuerpo achacoso y en ese cuerpo achacoso han influido los 65 años que hemos estado comiendo mal, y por supuesto siendo sedentarios, por supuesto tomando alcohol, o por supuesto fumando. La «erre», que es la última, es relaciones dañinas. Aquí, pedí o pedimos ayuda, a Mónica Albelda, una psicóloga y nutricionista, para ayudarnos a redactar porque yo no soy psicólogo y le pedí que me ayudase a redactar ese capitulito del libro de Relaciones Dañinas. Lo resumo en lo siguiente: «Es importante que abandones el sedentarismo, que tú no tomes alcohol, o que tomes cuanto menos mejor, que des el pecho a tus hijos, que no fumes, que no sigas una dieta insana. Pero no lo vas a hacer si vives rodeado de gente dañina, porque no vas a tener ganas. Yo suelo explicar que con mis hijas no queremos que coman bien. Queremos que quieran comer bien, y eso pasa por, sobre todo, respeto, por rodearlas de un ambiente cálido. Pasa lo mismo con tu salud.

19:42

Si tú estás rodeada de gente que te agrede, de gente agresiva, de gente dañina, sea jefe, o compañeros, sea tu pareja, o sean tus padres, o sean tus amigos. Muy probablemente vas a fumar, muy probablemente vas a beber alcohol, o no vas a dejar de hacer esos malos hábitos. Así que, probablemente, esta «R» de relaciones dañinas es la más importante de todas.

20:01
Vanesa Guerra . Sí, has hecho alusión antes al consumo de alcohol y todos hemos oído siempre que una copita de alcohol al día es casi recomendable y sano. Incluso hay médicos que lo recomiendan mucho. ¿Qué hay de verdad en esto y qué base científica hay? Y, sobre todo, ¿qué dicen los estudios científicos acerca de cómo afecta el alcohol a nuestra salud?

20:25
Julio Basulto. Buenísima pregunta. Los médicos, esto es una frase que circula mucho, los médicos aconsejan la copita de vino. O los cardiólogos aconsejan la copita de vino. Yo me tomé la molestia en cierta ocasión de revisar si era verdad que los cardiólogos recomendaban la copita de vino, y no es verdad, porque las entidades de cardiología desaconsejan la copita de vino. Por ejemplo, la American Heart Association te dice que no empieces a beber alcohol, y no hay ninguna razón médica ni sanitaria para que la población empiece a beber alcohol. Ni siquiera una copita de vino. A veces, no sé si has escuchado alguna vez a alguna mujer que ha dicho: «Me ha dicho el ginecólogo que el estrés de dejar de fumar es peor que el hecho de fumar». Lo has escuchado, ¿no?

21:04
Vanesa Guerra . Sí, pero incluso embarazadas.

21:07
Julio Basulto. Embarazadas.

21:08
Vanesa Guerra. Incluso embarazadas.

21:08
Julio Basulto . O también con el alcohol. La copita de vino, me ha dicho el ginecólogo que es peor el estrés de quitarme la copita de vino que me relaja. Es decir, una cosa es lo que dice la gente que dicen los médicos, y otra es lo que de verdad dicen los médicos. Un médico es persona y también se equivoca, y un médico no solamente es persona, sino que además puede ser una persona vendida a la industria del vino, que los hay. En España tenemos unos cuantos. No voy a decir nombres, pero tenemos médicos que cobran pingües beneficios por decir que la copita de vino es saludable, e incluso a veces algunos publican artículos científicos y no ponen, no declaran sus conflictos de interés en esos artículos científicos. Están diciendo cosas buenas del alcohol y están omitiendo que ellos están cobrando un dineral por decir que el alcohol es beneficioso. La población es víctima de muchos mensajes distorsionados. También hay medios que participan en esto, que ponen titulares que son sensacionalistas y que son falsos, y que te hacen creer en los beneficios de la copita de vino. Hay un investigador llamado Jürgen Rehm, que es uno de los líderes de la investigación en el alcohol, es de la Organización Mundial de la Salud, y una vez calculó que los mensajes en los medios de comunicación positivos relacionados con el alcohol, multiplican por diez los mensajes negativos relacionados con el alcohol. Entonces, es normal que tú lo pienses, porque estás viendo diez veces más mensajes positivos con respecto al alcohol, que mensajes negativos.

22:27

La ciencia, el artículo más reciente publicado en Lancet, una revista científica muy rigurosa, dice que el alcohol causa 2,8 millones de muertes cada año en el mundo. Los accidentes de tráfico en el mundo matan a un millón de personas cada año. Es decir, el alcohol mata tres veces más personas que los accidentes de tráfico, y sin embargo, cuando subimos en el coche nos ponemos el cinturón de seguridad e intentamos respetar, al menos la mayoría, las normas. La gente toma alcohol muy a menudo. La población española toma más calorías a partir del alcohol que a partir de las legumbres. Así que alguien tiene que decir que ese mensaje torticero y manipulado de que la copita de vino es buena, alguien tiene que extinguirlo. Ese estudio de Lancet, concretamente, decía que no hay un nivel de consumo de alcohol, el nivel más seguro de consumo de alcohol, eso incluye cerveza, eso incluye vino o champagne, o cualquier otra bebida alcohólica, es cero. Eso es lo que aparece en ese mensaje. ¿Por qué? Porque a partir de cualquier dosis de alcohol empieza a aumentar el riesgo de diversas patologías. Una de esas patologías es el cáncer de mama. El cáncer de mama es uno de los cánceres más frecuentes en mujeres, cerquita del cáncer de pulmón causado, sobre todo, por el tabaco. La investigación más reciente sobre esto indicaba que una mujer que toma una botella de vino al cabo de la semana, que no es tanto, por cierto, porque una copita al día al final de la semana puede perfectamente sumar una botella de vino, está aumentando su riesgo de cáncer de mama tanto como si se fumase diez cigarrillos al cabo de la semana.

23:53

Todos sabemos que el cigarro, que el tabaco, produce cáncer, pero casi nadie sabe que el alcohol produce cáncer de mama. Cada copa de vino incrementa un 5 por ciento tus posibilidades de padecer un cáncer de mama. E insisto, el cáncer de mama es un cáncer muy frecuente. Cualquier dosis de alcohol aumenta el riesgo de cáncer de boca, de esófago, de estómago, de intestino, o de mama. Así que, el mensaje que tenemos que transmitir es un mensaje de precaución. Pero, ojo, el alcohol no solamente incrementa el riesgo de cánceres, por ejemplo, o de enfermedades cardiovasculares que, por cierto, no disminuye su riesgo, sino que aumenta las posibilidades de que tú tengas un evento cardiovascular. También genera accidentes de tráfico, porque en la mitad de los accidentes de tráfico está implicado el alcohol. El alcohol desinhibe y al desinhibir puedes hacer cosas buenas, pero también cosas malas. Hay gente que se desinhibe con el alcohol y se suicida. Hay gente que tiene riesgo de suicidio. Hay gente que es agresiva, y si toma alcohol se vuelve todavía más agresiva. Hay mujeres que están embarazadas y no saben que están embarazadas, durante los primeros meses la mitad de las mujeres no saben que están embarazadas y sigue bebiendo alcohol, y esto puede generar un trastorno muy conocido, que es el trastorno del espectro alcohólico fetal, que tiene unas consecuencias nefastas sobre la salud del niño y sobre la propia familia. Y, desde luego, puede generar alcoholismo. En una investigación se observó que el 20 por ciento de los bebedores, entre comillas, moderados, entre comillas porque este mensaje de moderación es un mensaje torticero, un mensaje manipulado. El 20 por ciento, al año siguiente eran dependientes del alcohol.

25:22

Hay un abogado experto en derecho alimentario que se llama Francisco José Ojuelos, que ha evaluado en muchas ocasiones esta cuestión del alcohol desde el punto de vista sanitario, pero también desde el punto de vista legal, insiste mucho en que una persona que tiene dependencia del alcohol ha pasado por tres fases. La primera fase es un consumo de bajo riesgo, la segunda fase es un consumo abusivo, y la tercera fase es una dependencia del alcohol. Esa persona que llamamos alcohólica primero tenía un consumo moderado, sea porque era una persona que tenía una predisposición genética a convertirse en dependiente del alcohol. O sea por circunstancias de la vida ha acabado siendo dependiente del alcohol y eso pone en serio riesgo su salud. El consumo moderado entre comillas es de riesgo. De riesgo, por ejemplo, el riesgo de cáncer de mama que lo incrementa de forma lineal y los otros cánceres que he citado, pero es que yo no sé si cuando salga de este plató va a pasar algo en mi vida que me va a hacer que ese consumo de bajo riesgo vaya a ser un consumo de elevado riesgo. Si hay una desgracia en mi vida, que la puede haber ahora mismo en la tuya y en la mía, probablemente no pasaré a tomar menos alcohol si ya lo tomaba. Pasaré a tomar más alcohol para desinhibirme o para alejarme de mi propia vida. Es mejor que no esté presente en nuestro día a día el alcohol por estas razones. Por el riesgo a la dependencia, pero también por el riesgo de generar trastornos a nuestro cuerpo, pero también al cuerpo de los demás por accidentes de tráfico, por el feto, por personas inocentes, por ejemplo, gente que conduce un camión o incluso que hace tiro con arco, o tiro con escopeta, y que se le va porque estaba bajo los efectos del alcohol. O maneja una grúa. Esto ocurre muy a menudo. El mensaje que tenemos que decir es: «Cuanto menos, mejor». Di, di, perdona.

“No es cuestión de comer bien, sino cuestión de dejar de comer mal”. Julio Basulto
26:53
Vanesa Guerra. ¿Y qué consejos nos darías a las madres o padres que tenemos hijos y que realmente tienen contacto con el alcohol? Bueno, mi hija porque es muy pequeña, pero tiene hermanas adolescentes que se mueven en un entorno en el que, aunque sea de manera moderada, es la manera de comunicarse, de socializar. ¿Cómo podemos interiorizar, o que ellos interioricen, que el alcohol debe estar desterrado de sus vidas?

27:20
Julio Basulto. Buena pregunta. Los niños en España empiezan a beber, más o menos, alcohol a los 13,9 años. Es la cifra media, los hay que antes, y los hay que después. Es una cifra muy temprana.

27:29
Vanesa Guerra. Mucho.

27:29
Julio Basulto. Muy temprana. Imagínate un niño de 13,9 años bebiendo alcohol. Eso es terrible para su salud. ¿Qué podemos hacer? En realidad, lo más importante para que se disminuya el consumo de alcohol es aumentar el precio y limitar su publicidad. Y eso ya no depende tanto de nosotros. Publicidad, por cierto, directa e indirecta y encubierta, porque la publicidad del alcohol campa a sus anchas en cualquier medio. Nosotros, como padres, ¿qué podemos hacer? Sobre todo, sobre todo, sobre todo, ser un ejemplo a seguir. Si tú estás bebiendo alcohol todos los días delante de tu hijo durante 13,9 años, que es lo que hacemos casi todos los padres… Por eso digo que nos educan. Yo bebía alcohol, muy poco, y yo pensaba que era moderado, hasta que mis hijas fueron creciendo y pensé: «No puedo beber alcohol delante de ellas». Con qué cara le digo a mis hijas que no beban alcohol cuando tengan 14 años si yo llevo 14 años bebiendo alcohol delante de ellas. Lo mejor es que yo no lo beba y cuando llegue el momento en que lo beban, no reñirles, no pegarles sermones por más autoridad que yo sea. Yo creo que la clave es, sencillamente, que llegue el momento en que nos puedan preguntar nuestra opinión porque valoren nuestra opinión. Y eso significa respetarlos, darles ejemplo, por supuesto, pero respetarlos. Que el día en que lo hagan te lo puedan explicar. Por supuesto, explicar los riesgos del alcohol, ya se presupone, pero ¿qué credibilidad tiene que yo te explique los riesgos del alcohol si yo, a su vez, lo estoy tomando?

28:46

Escuchar, estar, valorar sus opiniones, no interrumpir mientras hablan, no reñirles cuando cometen errores, nosotros también los cometemos, y los hemos cometido, y los cometeremos, sino sencillamente estar y acompañar, y recordar que tú también fuiste adolescente y también bebiste alcohol. Yo a mis hijas sólo les he dado un consejo con respecto al alcohol, que no lo mezclen con bebidas entre comillas energéticas porque puedes acabar teniendo una intoxicación etílica por razones que son largas de explicar. Cuando pides muchas cosas a tus hijos no te hacen caso. Esta gente que está todo el día riñendo a sus hijos: «No cruces, no hagas esto», no cruces sí hay que decirlo porque es peligroso. Pero: «No toques esto», «Vístete», «Tápate», «Ponte paraguas», «Ponte los zapatos», y al final das tantas órdenes que se desgasta tu autoridad. ¿Qué tenemos que hacer? En resumen, en mi opinión, que no soy un experto, por cierto, en psicología infantil. Pero bueno, si me preguntas mi opinión yo me veo en la obligación de decírtelo, no bebas delante de ellos y cuando te expliquen que han bebido escucha sin juzgar y sin criticar.

29:41
Vanesa Guerra. Hablabas antes, bueno, has hecho ya la relación entre el alcohol y el cáncer. En el libro que has escrito junto a Juanjo Cáceres desmitificas creencias e ideas, o mitos, que hay acerca de la alimentación como prevención del cáncer. ¿Qué opinas o qué sientes acerca de este tema? ¿Cómo lo ves?

30:08
Julio Basulto. Juanjo y yo pensamos en escribir este libro, sobre todo, a causa de un best seller llamado Mis recetas anticáncer, de una doctora que se llama Odile Fernández. En su libro dice, por ejemplo, entre muchas cosas así, dice que para curarte del cáncer tienes que coger agua del grifo, quitarle el cloro, no. Tienes que coger agua mineral, filtrarla, quitarle el cloro, ponerla al sol, dejar que se vitalice, que tome toda la energía del astro rey, que pongas «Voy a curarme» y te la bebas diciéndole al agua: «Me voy a curar» y que eso tiene un poder inimaginable. El límite lo pones tú y tu imaginación. Eso es lo que dice en ese libro. En un libro dedicado al cáncer. Estas, entre muchas afirmaciones por el estilo, nos llevaron a pensar que una parte de la población va a dejar de lado un tratamiento oncológico que es lo único que le va a salvar la vida, para aferrarse a falsas terapias que le van a llevar al otro barrio. Una persona que sigue terapias, entre comillas, alternativas, digo entre comillas y debería decir terapias también entre comillas, porque ni son terapias, ni son alternativas a la medicina convencional, tiene un 400 por ciento más de posibilidades de morir prematuramente. ¿Por qué? Porque se está alejando del tratamiento que tiene base científica, que es el único que ha aumentado la esperanza de vida en pacientes con cáncer. Hace unos años morían todas las personas con cáncer. Hoy afortunadamente no es así. Entonces si tuviese que resumir el libro sobre todo es: «Aléjese de las falsas terapias. No haga caso a lo que no le diga su oncólogo, si su oncólogo no se lo dice muy posiblemente es porque no sea importante».

31:33

Otro motivo que nos llevó a escribir el libro es que mucha gente piensa que la dieta no tiene nada que ver con el cáncer, que el cáncer es cuestión de mala suerte. Así como hay gente que piensa que la dieta produce todos los tipos de cáncer y que se cura con la dieta, y ninguna de las dos cosas, ni la dieta produce todos los cánceres ni la dieta cura el cáncer. Las dietas no curan, ni han curado, ni curarán el cáncer. También hay gente que piensa que el cáncer es cuestión de mala suerte o de genética, o de factores hereditarios, y tampoco es así. Dice el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer en su último y más reciente informe publicado en 2018, que solamente del cinco al diez por ciento de los cánceres son debidos a factores genéticos hereditarios. Es decir, buena parte de los factores que contribuyen a nuestro riesgo de cáncer no son factores hereditarios. Uno de ellos, por ejemplo, es la edad. Este no es modificable. Yo no puedo modificar mi edad, pero sí puedo modificar el «saltar»: el sedentarismo, alcohol, lactancia artificial que influyen en el riesgo de cáncer, tabaco o alimentación malsana. Eso sí puedo modificarlo y, desde luego, queríamos informar sobre los factores que hay que tener en cuenta cuando una persona ya tiene cáncer. Cuando tienes cáncer, aunque la dieta no te va a curar el cáncer, la dieta es importante porque como tomes pocas calorías, hay personas con cáncer que se quedan muy delgadas que tienen lo que se llama la caquexia tumoral, cuando se queda una persona muy delgada con el cáncer aumenta las posibilidades de morir prematuramente. De hecho, hay cálculos que estiman que el 50 por ciento de los fallecimientos por cáncer se deben a la caquexia tumoral, o a la pérdida de masa muscular y de masa corporal ocasionada, o bien por el cáncer, o bien por los propios tratamientos que tienen efectos adversos.

33:04

Te salva la vida, pero tienen efectos adversos. Ahí cobra importancia la figura de un nutricionista que sepa adaptar la alimentación de la persona que está sufriendo efectos adversos de la enfermedad o del tratamiento para conseguir que se reponga adecuadamente. No es lo que le cura el cáncer, pero sí es lo que palía los efectos adversos, por ejemplo, boca seca, o diarreas, o vómitos, o anorexia. Anorexia entendida como falta de apetito, no como anorexia nerviosa. Y también le hemos dedicado un par de capítulos más. Uno dedicado a la obesidad y otro dedicado a la lactancia materna. Carlos González también quiso escribir el libro un poco por la misma situación que nos pasó a él y a mí, a Juanjo y a mí. Juanjo y yo, como te he comentado, queríamos revertir esos mensajes que nos hacen creer que tú puedes curar tu cáncer quitando el gluten de tu dieta, no utilizando el microondas, o dejando de lado las sartenes de teflón. Tonterías como catedrales, pero que la gente las sigue al pie de la letra porque lo ha dicho un médico. Eso es peligroso, pues en el caso de Carlos González ocurrió que él había leído que diversos autores incluyendo por supuesto a Odile Fernández, dicen que beber leche materna puede curar el cáncer. No sé si lo habías oído alguna vez esto.

34:13
Vanesa Guerra. No.

34:13
Julio Basulto. Entonces, esto se traduce en que hay un montón de mujeres dando su propia leche materna para que personas con cáncer se curen, o palíen los efectos adversos del cáncer. Esa leche materna se está quitando a bebés, por ejemplo, prematuros que se estarían beneficiando de la leche materna…

34:27
Vanesa Guerra. ¿Esto es una práctica común? ¿O es una práctica emergente?

34:32
Julio Basulto. Sí, sí, es una práctica emergente. De hecho, si tú lo pones en internet puedes comprar perfectamente. Entonces, él empezó a ver los riesgos. Los riesgos son uno, el que te he comentado. Es decir, niños que se están quedando sin leche materna porque alguien se la están dando a grupos de apoyo de la lactancia materna. Mujeres que se sienten culpables porque no pueden dar suficiente leche para todas las personas que tienen cáncer a su alrededor. Porque si tú empiezas a dar leche materna, a quién le das y a quién no. Es un riesgo porque hay gente que adultera la leche materna, porque si tú vendes leche materna en internet, cuanta más vendas, más dinero tendrás, y desalmados hay por todas partes. Entonces, basta que le pongas agua, u otras cosas que no son agua para que conviertas ese producto en algo arriesgado. Y es arriesgado, también, porque la conservación de la leche materna es buena, pero no es infinita y puede contaminarse con microorganismos. Una persona con cáncer es una persona que tiene el sistema inmunitario, o puede tener el sistema inmunitario deprimido. Si le das algo que no solamente es inútil para tratar el cáncer o para paliar los síntomas, sino que encima puede poner en riesgo su salud, estás haciendo un flaco favor a la salud pública. Así que Carlos González en este capítulo se dedicó, sobre todo, a desmentir estas cuestiones. Y por último y acabo, la obesidad. La obesidad es un factor de riesgo de cáncer. No he dicho que cause, pero es un factor de riesgo de cáncer, ¿es modificable? Si recuerdas, hace un momento he dicho que la edad no es modificable, pero es un factor de riesgo. Cuantos más años tenemos, más modificación en nuestras células, más mutaciones, más posibilidades hay de que tú tengas un cáncer. ¿La obesidad es modificable? Pues yo creo que no. A escala poblacional no, a título individual hay gente que sí que consigue adelgazar, pero la mayor parte de personas, la inmensa mayor parte de personas que padece obesidad, que padece obesidad, porque es víctima de la obesidad, no va a revertir la situación.

36:07

Entonces, me dediqué sobre todo a mirar la literatura científica qué decía sobre esta relación entre obesidad y cáncer para llegar a la siguiente conclusión. Lo explico con una pequeña metáfora y acabo. Imagínate que tienes un taxi delante de tu hotel, sales de tu hotel y tienes un taxi. El taxi es nuevecito, reluciente, el conductor es un conductor joven. El motor está perfecto. Los cristales están limpios. Te puedes subir en ese taxi o te puedes subir a un segundo taxi. Este segundo taxi ya no es nuevo. Los cristales no están tan limpios. El conductor no es tan joven. Seguramente tú te subirás en el primer taxi, el segundo taxi es la obesidad. La obesidad es un factor de riesgo. Ese taxi que no es tan nuevo, cuyo motor no es tan nuevo, cuyo conductor es más mayor, seguramente tiene más riesgo de tener un accidente. En el caso de la obesidad, una persona con obesidad tiene más riesgo de padecer cáncer. Pero hay un dato que no he dicho, ¿quién conduce? No solamente miramos la edad de quien conduce. En el primer caso el conductor es un conductor que va bajo los efectos del alcohol, que conduce de forma temeraria y que ha tenido varios accidentes de tráfico. Y en el segundo caso, el coche viejo lo conduce una persona que nunca ha tenido un accidente de tráfico, que no conduce bajo los efectos del alcohol y que no conduce de forma temeraria. ¿En cuál te subirías? En el segundo, eso es la obesidad. Una persona con obesidad que sigue un buen estilo de vida no tiene más riesgo de cáncer que una persona que tiene normopeso, que una persona con normopeso que fuma, que bebe alcohol, que es sedentaria. Entonces no es cuestión de mirar los kilos, sino es cuestión de mirar los hábitos. No es cuestión de mirar el coche, es cuestión de mirar quién conduce ese coche. Ese era otro motivo que me llevó, o que nos llevó, a escribir el libro de Dieta y cáncer.

37:58
Vanesa Guerra. Entonces, ¿debemos confiar en la agricultura convencional? ¿No estamos expuestos a demasiados pesticidas?

38:04
Julio Basulto. La gente está desorientada con esta cuestión, entre otras razones, porque nos cuesta mucho cambiar de hábitos. Es mucho más fácil pensar que enfermedades muy graves y muy prevalentes como el cáncer están causadas por factores de los que nosotros tenemos poco control, o factores que son reduccionistas, que son fáciles de controlar. Sería muy sencillo disminuir el cáncer tomando productos ecológicos, ¿a que sí? ¿Por qué no lo dicen las entidades de referencia? No lo dicen porque es mentira. El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer, es fácil encontrarlo en internet. Si tecleas World Cancer Research Fund, su nombre en inglés, y después pones ecologic u organic foods, verás una página web, no hace falta que leas el informe, en el que dice que no hay ninguna prueba de que los productos convencionales tengan relación con el cáncer, ni sus pesticidas, ni sus fertilizantes. Y tampoco hay ninguna prueba de que los productos orgánicos o ecológicos disminuyan el riesgo de cáncer. ¿Por qué lo dicen? ¿Están pagados por alguien? No, no lo dicen porque no hay pruebas y sería sencillo dejar de tomar productos convencionales para tomar productos ecológicos y disminuir así nuestro riesgo de cáncer. Pero como te digo es reduccionista, y seguramente generará el llamado «Efecto halo». El efecto halo se produce cuando tú piensas que haciendo un pequeño cambio en tu estilo de vida te proteges de las enfermedades crónicas, y ese efecto halo es contraproducente. Por ejemplo, la leche materna sabemos que es beneficiosa y está bien decirlo porque realmente es beneficiosa, para la madre y para el niño. Entonces, podemos jugárnosla con el posible efecto halo, la madre que da el pecho a su hija, a sus hijos, confía en que eso es muy bueno y quizá desatiende el estilo de vida, pero no suele ocurrir.

39:49

Y, sin embargo, con este otro tipo de afirmaciones que no son ciertas, buena parte de la población a la que le cuesta mucho dejar de fumar, a la que le cuesta mucho dejar de beber alcohol, a la que le cuesta mucho dejar de ser sedentaria, a la que le cuesta mucho dejar de comer mal, se aferra a que está pagando mucho dinero por un producto ecológico e, inconscientemente, desinhibe comportamientos insalubres. Por eso es importante ser riguroso. Los alimentos convencionales son totalmente seguros. Es decir, no aumentan el riesgo de cáncer ni de ninguna patología. No sé qué ocurre a largo plazo con el medioambiente con el hecho de utilizar demasiados pesticidas, demasiados fertilizantes, pero sí sé que hoy por hoy las tasas de enfermedades crónicas que vive nuestro medio no guardan relación con los pesticidas, ni con los productos utilizados en el crecimiento, o en la prevención de enfermedades, o en el tratamiento de enfermedades del ganado contra lo que mucha gente cree. Las carnes rojas, o las carnes procesadas, no aumentan el riesgo de cáncer de colon ni por los pesticidas, ni por los antibióticos. No se sabe por qué aumenta el riesgo de cáncer de colon, se sabe que aumenta, pero no está claro por qué. Ya está bien que no esté claro, porque si estuviese muy claro la industria alimentaria lo que haría es: le quitamos los nitritos y ya está, ya puede comer toda la carne que quiera. Si eso no es totalmente cierto, sería peligroso volver a comer carne. La cuestión es que no está totalmente claro. Hay un estudio de Larsson publicado en 2018 en una revista científica, que evaluó el riesgo de tomar productos con pesticidas y lo comparó con el riesgo de tomar alcohol, hemos dicho que cualquier dosis de alcohol es peligrosa. Toda dosis de alcohol es peligrosa, entre otras razones porque es una sustancia adictiva.

41:28

No sé qué persona va a acabar desarrollando una dependencia alcohólica, o no sé si estás embarazada, etc. Las situaciones que hemos comentado antes, pues bueno, concluyeron que el riesgo de los pesticidas es comparable a tomarte una copa de vino cada siete años. Es decir, es un riesgo bajo. Sí es cierto que pueden suponer un riesgo para la población, pero es un riesgo ínfimo. Es un riesgo del que tú no te tienes que preocupar y, sobre todo, que no te despiste de otros riesgos que sí que sabemos que influyen mucho en tu esperanza y en tu calidad de vida: tabaquismo, sedentarismo… Así que, hay que repetirlo otra vez, pero es que es un mensaje que por más veces que lo repitamos, como hay tantas presiones para distraernos, pues todas las veces que lo digamos serán pocas.

42:14
Vanesa Guerra. Viene a colación hablar de los hábitos, de las modas de los hábitos saludables, como que hay que comer de todos los alimentos para tener una alimentación equilibrada y, sobre todo, también me gustaría citar las dietas détox, etcétera. ¿Qué nos podrías decir acerca de esto?

42:32
Julio Basulto. Hace mucho tiempo que la población cree que para comer saludablemente hay que comer de todo. Hace unos 60 años o 70, cuando tú ibas a comprar la comida, había comida. Hoy, lo que nos rodea, casi todo son sustancias comestibles. No es exactamente comida. Cuando entras a un supermercado la mayor parte de cosas que te vas a encontrar son sustancias comestibles, preparados alimenticios, pero no son exactamente comida. Entendiendo comida como algo nutritivo, como algo que te aporta nutrientes sin aportarte sustancias que pueden poner en riesgo tu salud a largo plazo. En el caso de los niños, por cierto, hay una investigación que encontró que una investigadora se dedicó a ir a diversos supermercados y a recoger los alimentos dirigidos a niños, y encontró que el 90 por ciento eran malsanos. O sea, es un campo de minas para los niños. Además, son alimentos que tienen un diseño especial para que los niños te lo pongan en el carro y tú tengas serias dificultades para quitárselo de sus manos. Hoy tomamos demasiadas calorías y por lo tanto el déficit de nutrientes ya no es tan relevante. No nos faltan nutrientes. Como he indicado antes, nos sobran. Azúcares, sales, grasas y calorías vacías. Y la investigación científica nutricional ha mostrado que a más variedad dietética, más obesidad. Cuanto más comes, cuanta más variedad de cosas comes, más posibilidades tienes de tener obesidad y patologías relacionadas con la nutrición. Comes menos frutas y hortalizas y comes más productos superfluos, más alimentos salados, azucarados, más bebidas entre comillas refrescantes, más alimentos precocinados ultraprocesados, así que deberíamos cambiar este paradigma.

44:02

El paradigma de la población que cree que comer sano es comer carne a la plancha y ensalada, que esto también todavía lo piensa mucha gente, esa no es la cara de la dieta saludable, es más vegetales, menos animales y pocos, o ninguno, productos superfluos de alimentos ultraprocesados. Y bueno, y pensar en que alejarnos de lo que hoy nos rodea y que nos quieren hacer creer que lo necesitamos, es clave para seguir una dieta sana. No comas mejor, deja de comer peor. Esa sería mi respuesta.

“No es cuestión de comer bien, sino cuestión de dejar de comer mal”. Julio Basulto
44:30
Vanesa Guerra. ¿Qué hacer cuando hay muchos papás y mamás que funcionan con: «Esta por mamá, esta por papá», hasta que se terminan el plato? O sea, forzamos a los niños a que se terminen el plato porque tenemos la creencia de que si no se comen la ración que le hemos puesto es que no están bien alimentados. ¿Cuándo sabemos que un niño está bien alimentado y que está comiendo bien?

44:51
Julio Basulto. Confiando en un sabio y ancestral mecanismo llamado saciedad que está en tu cerebro. El mecanismo del apetito, del hambre, y de la saciedad del niño está milimétricamente diseñado para que no muera de hambre, sobre todo, si tiene comida alrededor, que es nuestro caso. El caso es que cerca del 85 por ciento de los padres, y esto se ha visto en estudios realizados con población de diferentes niveles socioeconómicos y culturales, es decir no solamente ocurre en gente con bajos ingresos o con altos ingresos, con poca cultura, o con mucha cultura, nos pasa a todos, intentamos de una u otra manera obligar, coaccionar, chantajear, presionar, para que el niño coma. Sea con regalos, con premios, o también sea con castigos, o con amenazas. El Comité de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría dice que la estrategia más comúnmente utilizada por los padres para que coman es el soborno. Es una palabra fea, feísima, y yo no quiero que mis hijas coman, yo quiero que mis hijas quieran comer y quieran comer bien. Presionar, chantajear, coaccionar, a los niños para comer, se ha demostrado científicamente que aumenta las posibilidades de que el niño tenga obesidad, o de que tenga trastornos de comportamiento alimentario y de que coman menos frutas y hortalizas, y de que coman más alimentos malsanos. De hecho, el autoritarismo, cuando los padres utilizan el autoritarismo como manera de, entre comillas, educar, se sabe que multiplica por cinco las posibilidades de que el niño tenga obesidad.

46:19

Los padres, en realidad, entran en la llamada «profecía del autocumplimiento». Utilizan una estrategia para que el niño sea obediente y al final acaban generando un niño que es, precisamente, más desobediente de lo que hubiese sido si nunca hubiesen hecho nada. Pero, sobre todo, es que obligar al niño a comer es antiético. Los niños tienen un apetito muy variable. Se define con dos palabras: errático e impredecible. Errático e impredecible significa que habrá niños que tienen más apetito un tiempo y luego menos, y habrá niños que suceda lo contrario. En una investigación se observó que niños y niñas comparables del mismo sexo, edad, e incluso peso, tenían necesidades calóricas tan diferentes que en muchos casos eran el doble. Niños que tú ves exactamente de la misma talla, sexo y edad, uno al lado del otro, uno está comiendo el doble que el otro y es normal, está cubriendo sus necesidades calóricas, como que su motor es más grande. El motor, entre comillas, de su coche y de su cuerpo, como si fuese más grande, como si consumiera más combustible, y no va exactamente correlacionado con lo que se mueva o no se mueva el niño. Como nadie lo sabe, como no lo sabe un nutricionista, como no lo sabe un experto en fisiología alimentaria, como no lo sabe un pediatra, como no lo sabe un epidemiólogo, sino que quien lo sabe es tu hijo. Lo más sensato es confiar en eso y respetarlo.

47:39

Ocurre en muchas ocasiones, por cierto, que el niño por la mañana desayuna comida malsana, productos superfluos, desayuna un vaso de leche con un cacao azucaradísimo. Desayuna cereales, entre comillas, de desayuno. Digo cereales, entre comillas por cierto, porque tienen un 30 por ciento de azúcar. 30 por ciento de azúcar significa que cada tres cucharadas una es de azúcar. Por eso el pediatra Carlos Casabona, otro pediatra sabio, les llama «chucheales», no sé si lo sabías.

48:06
Vanesa Guerra. No.

48:07
Julio Basulto. «Chucheales», no son cereales, ese nombre se lo han inventado ellos. ¿Qué es esto de llamarles cereales de desayuno? Es un nombre impostado. Desayunan postres lácteos azucarados. En invierno y en verano, en muchas ocasiones, desayunan helados o incluso patatas de estas de bolsa, aperitivos, fatal. Bollería, por supuesto. ¿Qué ocurre a la hora de la comida? Que no tienen hambre, entonces los padres les obligan a comer. Pero, ¿sabes por qué no tiene hambre ese niño?

48:33
Vanesa Guerra. Porque ha desayunado mal, evidentemente.

48:35
Julio Basulto. Porque ha desayunado muchas calorías. Ha desayunado alimentos que tienen una alta densidad calórica. Son alimentos que en poca cantidad te aportan un montón de calorías y piensas: «Bueno, casi no ha comido». Es que ha comido bombas calóricas. A ti te parece que ha comido poco, pero son alimentos… Por ejemplo, la manzana te aporta pocas calorías para el rato que tienes que estar masticando. En este caso ocurre justo lo contrario. Pues el niño come poco por dos razones: la primera ya la has dicho, una es que se ha tomado una bomba calórica. Pero hay otra razón por la que el niño no come a la hora del mediodía. Lo que tú le ofreces a la hora del mediodía es menos sabroso y menos apetitoso que lo que le has dado en el desayuno. Y no sólo eso, sino que sabe que cuando salga del cole, quizá no lo sabe ni conscientemente, pero lo sabe inconscientemente, sabe que cuando salga del cole a la hora de la merienda, ¿qué va a merendar el niño? Mira las papeleras de las escuelas y lo sabrás. Yo me harto de hacer fotos en las papeleras de las escuelas, están llenas de envases de productos superfluos. El día en que veo una piel de plátano, o una manzana o naranja, vamos lo pongo en las redes sociales diciendo: «¡Aleluya! Alguien ha merendado una fruta». Porque no es normal, los niños meriendan fatal, igual que desayunan. ¿Qué ocurre a la hora de la cena? Que ese niño no tiene hambre. ¿Por qué? Porque ha tomado un montón de calorías en la merienda y, además, lo que le ofreces en la cena es menos apetitoso y menos sabroso que lo que le has dado en la merienda. Así que casi no cena. ¿Qué ocurre en el desayuno? ¿Qué desayuna el niño?

50:03
Vanesa Guerra. Es un círculo vicioso.

50:05
Julio Basulto . Es un círculo vicioso. Los padres piensan que ese círculo vicioso se rompe obligándole a comer espinacas, obligándole a comer patata hervida, obligándole a comer guisantes, cosa que muchos niños no quieren comer. Y con razón, porque son alimentos que tienen poca densidad calórica, su cerebro les dice que eso no tiene calorías. ¿Cómo va a comer el niño eso si le quitas lo otro? No lo obligues a comer bien, deja de darle de comer mal. En ese momento tu hijo empezará a comer bien.

50:30
Vanesa Guerra. Hablando de bombas calóricas, me transportas mucho al momento de los cumpleaños de los niños de clase o de los amigos, es un momento crítico para los papás. Yo, por ejemplo, entro en un momento de locura, de pánico, la madre neurótica detrás de mi hija porque es que me encuentro todo lo que no come en casa y que no es sano, accesible. Y claro, ¿qué hace mi hija? Se tira todo el cumpleaños, están los niños jugando y ella está con el plato de gusanitos. Su cumpleaños es ese y me da una pena tremenda, y no sé qué hacer porque creo que yo sí estoy funcionando de una manera correcta. Creo que los niños no tienen que tener un camino tan accesible a cosas que no son sanas. ¿Qué consejos nos das a los papás que vivimos esa situación y que en ese momento tampoco puedes estar encima del niño?

51:21
Julio Basulto . Como sabemos que prohibir es despertar el deseo, además lo sabemos a ciencia cierta. Cuando al niño se le obliga a comer o se le prohíbe un alimento, lo que sucede es lo contrario. Si te digo: «No comas gusanitos, no comas gusanitos, no comas gusanitos», o te digo: «Come espinacas, come espinacas, come espinacas», le va a pasar a tu hijo lo mismo que te ocurre a ti. Tú sabes que los gusanitos son insalubres, pero tu hija no lo sabe. Esos sermones que mucha gente da con respecto a la alimentación saludable, no digo que tú la estés dando, tú estás preocupada, que es distinto, y con razón, porque yo también lo he estado muchos años. Esos sermones son contraproducentes. Si son excepción, si estás todos los días celebrando cumpleaños… Oye, perdona, hay que tomar medidas. No puede ser que tu hijo esté todo el día comiendo productos malsanos, pero si es algo que ocurre de forma excepcional y en tu casa tú tienes productos saludables y encima predicas con el ejemplo, eso no va a influir negativamente sobre la salud de tu hijo. Y, sin embargo, sí tenemos la certeza, perdón, de que como se lo prohibamos, es posible que tenga un deseo desenfrenado por tomarlo cuando tú no estés delante. La relación entre las bebidas azucaradas y la obesidad es aplastante hasta el punto de que las entidades de referencia aconsejan evitarlas. Este es un mensaje muy gordo, porque las entidades de referencia siempre te dicen: «Disminuya el consumo, reduzca, modere», pero nunca te dicen: «Evite», y la palabra avoid es una palabra que lleva unos cuantos años en los consensos, en las guías clínicas de referencia. Hace poco, por cierto, se ha añadido un grupo de alimentos a los avoid que son los cárnicos procesados, es decir, embutidos y fiambres. La relación de los cárnicos procesados con el cáncer colorrectal es muy clara, es un nivel de evidencia muy elevada que no va a cambiar con el tiempo. Bueno, pues es el mismo nivel de evidencia que tienen las bebidas azucaradas.

53:02
Vanesa Guerra. Nos llegan mensajes muy contradictorios desde la publicidad, estudios… Entonces, los padres estamos un poco desconcertados, no sabemos muy bien cómo actuar, este es el caso de que a lo mejor te cuente esto acerca de los cumpleaños, de la neurosis… Bueno, es un poco el extremo. ¿Cómo afecta y qué medidas se pueden tomar para que este tipo de información o que este tipo de información sea mucho más directa, más veraz?

53:37
Julio Basulto. El primer consejo que daría es: no te creas a nadie. Y eso me incluye a mí, por supuesto, sé escéptica. No solamente es cuestión de que desconfíes de los demás, es mucho mejor que tú persigas la verdad porque a lo mejor sí que hay alguna verdad dentro de esa maraña de mentiras que nos rodea. Pues bien, Ben Goldacre indicó en un estudio científico que la mayor parte de las noticias relacionadas con la nutrición en los medios de comunicación no se basan en evidencias científicas rigurosas. En ocasiones es por desconocimiento, pero en otras ocasiones es porque hay alguien pagando ese titular que tú crees que es ciencia y que no lo es. Por ejemplo, en el caso del vino que hemos visto antes. Está demostrado que muchos de esos titulares que nos invitan a beber alcohol, en realidad no son más que publirreportajes encubiertos. Bueno, pues tenemos por una parte, medios irresponsables. Por otra parte, una industria codiciosa, una industria que invierte un dineral en que tú creas que hay que comer de todo, o que tú creas que el desayuno es la comida más importante del día, que no lo es. O que tú creas que añadiendo vitamina D a tu alimentación, o vitamina C, o calcio, o magnesio, o fósforo, o cualquier otro nutriente, o aminoácidos esenciales, u omega 3, que tu creas que eso te va a dar salud, cuando en realidad no funciona así. La nutrición es más bien dejar de comer mal, que comer bien, como hemos dicho antes.

55:00

Pero ahí justamente, en el tema de la industria codiciosa, en el ítem de la industria codiciosa, hubo un dato que es muy, muy, revelador. Hace unos años, una entidad hizo un cálculo del dinero que invertía cuando estaban todavía Michelle Obama y Obama en Estados Unidos en la presidencia, cuánto se invertía en la campaña «cinco al día» para promocionar el consumo de frutas y hortalizas en la población. La campaña cinco al día, supongo que la conoces, es la campaña que intenta que tomemos como mínimo, los adultos, cinco raciones de frutas y hortalizas al día. Digo los adultos, porque a los niños hay que ofrecer, no obligar. En el caso de los adultos sí que se nos insiste que tomemos esas raciones de frutas y hortalizas. ¿Cuánto dinero gastó durante un año la administración Obama en promocionar el consumo de frutas y hortalizas? Gastó cinco millones de dólares, que no está mal, es un dineral. ¿En qué gastó ese dinero? En pagar a gente como yo para que haga conferencias, para que hable en las escuelas. Invirtió ese dinero regalando cajas de frutas en las escuelas, dando trípticos, poniendo anuncios en la calle, o poniendo anuncios en televisión, o cuñas radiofónicas. No está mal, cinco millones de dólares. En ese mismo año, la industria del fast food dirigida a niños, ya respiras hondo. Ojo, que no he dicho la industria alimentaria, ni he dicho la industria del fast food, que es una parte de la industria alimentaria. La industria del fast food dirigida a niños, invirtió cinco millones de dólares al día en promocionar sus productos. Eso es una industria codiciosa.

56:37

No hay educación que frene ese tsunami, un tsunami de publicidad depredadora, que así se define, no me he inventado yo el término. Lo único que podemos hacer, sobre todo, al menos los que tienen poder para ello, es cambiar la legislación, prohibir el marketing de la publicidad malsana dirigida a niños, que hay muchos países europeos donde se ha prohibido y en España todavía no. Y debería hacerse urgentemente en cualquier medio, eso incluye YouTube. Que tu hija cuando vea YouTube lo primero que le va a salir es un producto, o un anuncio de alcohol, o de productos malsanos, directo, indirecto, o encubierto. En la serie que más le guste saldrá alguien bebiendo alcohol, o comiendo productos malsanos. Pero hay más, hay una legislación insuficiente. Esto lo aborda de forma magistral el abogado Francisco José Ojuelos, que he mencionado anteriormente, que es un gran divulgador y, además, un gran abogado especializado en temas de alimentación. Tiene un libro que se llama El derecho de la nutrición en el que indica que es cierto que hay una legislación alimentaria que no está mal, pero es que no se está aplicando. Estamos haciendo la vista gorda ante un montón de situaciones que ponen en riesgo nuestra salud. Cuando hay un riesgo muy elevado hay que poner coto, y ahí ya es hora de poner coto a la publicidad depredadora de la industria alimentaria. De ahí lo de la legislación insuficiente. Pero hay más, hay más ítems. Hemos visto tres, vamos a ver uno más. Charlatanes. Cuando sale por televisión un supuesto experto diciéndonos que para mejorar tu alimentación basta con que tomes un superalimento, por ejemplo, algo que ocurre muy a menudo en la alimentación. O, por ejemplo, que tomes zumo de limón en ayunas, ¿a que lo has oído?

58:12
Vanesa Guerra. Mucho.

58:12
Julio Basulto. Mucho. Es alucinante. Cada conferencia que doy pregunto: ¿cuánta gente toma zumo de limón en ayunas? Y un montón de gente levantando la mano, por el amor de Dios. ¿Eso quién lo ha dicho? Un charlatán. O sea, ningún científico en sus cabales diría que el zumo de limón en ayunas sirve para algo. Pero también hay más, hay sanitarios negligentes, que son los más peligrosos, porque una cosa es que un charlatán desacreditado diga algo relacionado con la nutrición que sea un sinsentido: «Los batidos verdes son buenos para desintoxicar», que es una trola como una catedral. Pero otra cosa es que lo diga un sanitario en bata blanca con toda la credibilidad del mundo. Y si ese sanitario además ocupa un cargo importante, el daño que puede ejercer sobre la salud pública es tremendo. El ejemplo más claro es Dukan. La dieta Dukan. Ahora la gente no se acuerda, tú sí, pero hay mucha gente que no se acuerda. Pero en 2011, Dukan ganaba 100 millones de euros cada año. Ese hombre se forró engañando a la población. Pero llegó el día en que el Colegio de Médicos de Francia le expulsó de su colegio. Esto, en España, por cierto, no ocurre. Allí afortunadamente ocurrió. Nadie se acuerda de ello. Yo cuando criticaba a Dukan en 2011 que hice un informe, coordiné un informe del Ministerio de Sanidad criticando esta dieta que era inútil para perder peso, que era peligrosa. Y, por cierto, que era ilegal, las afirmaciones que hacía eran ilegales.

59:28. Cuando la criticaba, lo hacía porque el riesgo que supone para la población que un médico, con la credibilidad que tiene un médico en nuestra sociedad, es mucho mayor que si lo dice un medio de comunicación, que si lo dice un famoso, o que si lo dice pues un charlatán, entre comillas. Añadiría y acabo, los famosos. Por cierto, ya que los he mencionado. Un charlatán es distinto a un médico y un médico es distinto a un famoso. En muchas ocasiones la gente cree más, da más credibilidad a un famoso que a todas las cátedras y títulos que tú puedas tener detrás. Cuando sale un famoso anunciando un producto malsano, eso es peligrosísimo. Hay una frase que me gusta mucho de la doctora Margaret Chan, la ex directora general de la Organización Mundial de la Salud, una mujer muy admirable que dijo: «Ninguno de los factores que determina la obesidad infantil está bajo el control del niño». El niño es víctima, por ejemplo, de ese famoso ambicioso que le han pagado un dineral por anunciar un producto insano. ¿Qué podemos hacer nosotros para hacer frente a todo este bombardeo de inputs? Quien tiene poder para cambiar la legislación, pues debería hacer lo posible y lo imposible, los divulgadores por nuestra parte, pues dejarnos la vida en eventos como este. Y la población, evitar el sentido común porque no funciona mucho, ser críticos, que funciona un poco más, pero sobre todo intentar tener criterio, criterio propio. Lee, no te creas nada, duda.

01:00:54
Vanesa Guerra. Tienes un libro, ‘Más vegetales, menos animales’, en el que no solo hablas de una alimentación equilibrada, sino también sostenible. ¿Crees que este aspecto se está perdiendo? ¿Qué es una alimentación sostenible y cómo mantenerla?

01:01:13
Julio Basulto. El libro Más vegetales, menos animales lo escribí junto a Juanjo Cáceres. Juanjo Cáceres que, precisamente, es quien llevó el peso de ese capítulo, el peso de la sostenibilidad, del medio ambiente, del ecologismo. Coincide precisamente con el título del libro, por eso está en este libro: más vegetales, menos animales y pocos o ninguno cárnicos procesados, y alimentos superfluos. Y eso, por cierto, no incluye el alcohol porque el alcohol no es ni siquiera un alimento. Las bebidas alcohólicas, insisto, cuanto menos, mejor y forman parte de nuestro día a día, ya sea un mensaje políticamente incorrecto, pero a mí me toca decirlo. El coste medioambiental de nuestras decisiones alimentarias es terrible. Si la población disminuye ligeramente su consumo elevado de carne, sobre todo de carnes rojas y procesadas, el impacto que va a tener sobre el medio ambiente a escala global es tremendo. Mucha gente piensa que para ser ecológico tienes que tomar alimentos orgánicos y con el sello bio y demás, y no funciona así porque hay alimentos orgánicos que desgraciadamente, por culpa de que la legislación de los ecológicos, la gente se piense que es maravillosa, pero es que no, no protege al ciudadano de la salud, ni tampoco exactamente del ecologismo. Muchos productos ecológicos que tú compras vienen de la otra punta del mundo, eso tiene una huella de carbono, eso tiene un impacto medioambiental de emisiones de CO2 terribles. Y, sin embargo, el disminuir nuestro elevadísimo consumo de alimentos de origen animal, sobre todo de carnes rojas y procesadas, eso tiene un impacto tremendo.

01:02:37

Mira, hay cálculos del doctor Joan Sabaté de la Universidad de Loma Linda, en Estados Unidos, que ha publicado varias investigaciones sobre este tema, una en Public Health Nutrition, donde constató que producir un kilo de proteína animal en comparación con producir un kilo de proteína vegetal de prácticamente el mismo valor biológico, la misma biodisponibilidad o capacidad de absorción, el impacto que tiene sobre el medio ambiente es tremendo. Hasta el punto de que se necesita para producir la misma cantidad de proteína animal, de carne, se necesitan como 10 veces más agua, 10 veces más terreno cultivable, unas 12 veces más pesticidas, unas 12 veces más fertilizantes. Y, además, para dar de comer hoy a la población española tanta carne como estamos tomando, no tenemos terreno cultivable suficiente, lo que significa que estamos pidiéndoselo al tercer mundo, o mejor dicho, a los países empobrecidos, que es como deberíamos llamarlos. Son víctimas, por cierto, ¿no? Entonces, utilizamos terrenos cultivables suyos que podrían estar siendo utilizados para que ellos comiesen saludablemente, para que nosotros comamos una gran cantidad de carne que no solamente no necesitamos, sino que además empeoran nuestra salud. Y estamos en una crisis global ecológica y que en palabras de la Organización Mundial de la Salud está empezando a ser irreversible.

01:04:01

Y hay cosas que no podemos hacer, cosas que no podemos cambiar. Pero hay cosas que sí que podemos cambiar, y de hecho, se estima que gran parte de emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la agricultura, y eso nos implica a nosotros. Podemos, si todos nos ponemos de acuerdo, podemos hacer algo para mejorar el estado de la salud global, porque el hecho de que tú comas más o menos carne, a ti concretamente no te va a afectar mucho, a escala global sí influye mucho, pero sobre nuestros hijos, sobre los hijos de nuestros hijos, esas grandes emisiones de gases de efecto invernadero harán que su salud, que la salud de la gente a la que le estamos dejando el planeta, vaya a empeorar. Tenemos una muestra en el pescado. Seguro que sabes que el Ministerio de Sanidad español, como muchos otros gobiernos, desaconsejan el consumo de ciertos pescados en embarazadas y niños pequeños.

01:04:50

Por el mercurio.

01:04:51

Por el mercurio, porque has estado embaraza y lo sabes. Lo sabes, alguien te lo ha dicho. De hecho, el Ministerio de Sanidad, desde que supo que ciertos pescados tenían demasiado mercurio, hasta que advirtió de ese riesgo, pasaron siete años. ¿Por qué? Por presión de la industria pesquera, claro, temerosa de reducir sus ventas. Pero incluso con esa presión, al final el Ministerio de Sanidad ha desaconsejado a las embarazadas y niños pequeños el lucio, el pez espada, el tiburón, y el atún rojo que, por cierto, atún rojo… cuando te pones a navegar acabas descubriendo que a casi todo se le puede llamar atún rojo, por lo tanto mejor no tomar mucho atún durante el embarazo y en niños pequeños. ¿Por qué tiene tanto mercurio el pescado? Pero no sólo tiene mercurio, por cierto, muchos pescados tienen dioxinas, furanos, sustancias perfluoroalquiladas, cadmio, no sé. ¿Por qué? Por nuestro daño al medioambiente, el daño global. El daño de, no solamente, decisiones alimentarias, de otras como el hecho de fumar, de utilizar tanto envase. Utilizamos demasiados envases, sobre todo, en bebidas. Bebamos agua del grifo, que es mucho más sostenible. Pero también en que conducimos demasiado, utilizamos demasiado el coche, deberíamos ir más a pie, más en transporte público, utilizamos demasiadas pilas, somos demasiado consumistas. Y eso, a largo plazo, sobre el medioambiente, tiene un impacto tremendo. Algo que además podemos hacer, además de, por supuesto, disminuir el consumo de productos de origen animal, eso incluye leche, por cierto, eso incluye huevos, aunque sobre todo productos cárnicos procesados o carnes rojas, es disminuir el consumo de ultraprocesados, que tienen un envase y que tiene una manipulación que va generando residuos que se van quedando en el medioambiente y que no se degradan.

01:06:30

Y añadiría una tontería más que es no tomar demasiados congelados, porque los congelados, aunque un congelado, una alcachofa congelada es prácticamente igual que una alcachofa no congelada, nutricionalmente no hay grandes diferencias. Pero sí hay una diferencia sobre el medio ambiente porque conservar esa alcachofa, o ese pescado, o esa carne, o ese lo que tú quieras congelado, requiere mucha energía. Y esa inversión energética, a largo plazo, la acaba pagando el planeta porque eso va generando daño en el medioambiente.

01:06:58
Vanesa Guerra. Y como colofón, ¿qué hay que hacer para que se coma bien en las escuelas?

01:07:04
Julio Basulto . Bueno, lo primero, recordar lo que hemos comentado antes que es que el peso de la alimentación infantil no recae en las escuelas, el peso de la alimentación infantil recae en los hogares. La mayor parte de lo que va a comer el niño, no lo come en la escuela, lo come en casa. Mira tus neveras, mira tu nevera, mira tu congelador, mira tu despensa, eso es lo que tienes que mirar, sobre todo, lo que tú tienes en casa. Eso es lo primero,
lo más importante. Y en cuanto a la educación nutricional en las escuelas, yo durante muchos años me he mostrado poco partidario de que se imparta una asignatura relacionada con la nutrición en las escuelas por varios motivos. Entre otros, si ni siquiera en España hay nutricionistas en la sanidad pública, algo que es perjudicial para la salud poblacional, entre otros motivos porque discrimina, por cierto, porque hoy por hoy, en España, para que tú acudas a un nutricionista tienes que pagarlo. Y eso, insisto, es discriminatorio. Solamente quien lo puede pagar puede acudir al nutricionista. ¿Quién va a dar las clases? Volviendo a la escuela, ¿quién va a dar las clases de educación nutricional en las escuelas? Si ni siquiera hay nutricionistas en la sanidad pública, la va a dar alguien que seguro que tiene muy buena intención pero, ¿tiene conocimientos de nutrición o pensará que hay que comer de todo? ¿O pensará que hay que comer carne a la plancha? ¿O pensará que hay que tomar productos ecológicos? Probablemente pensará todas estas cosas, y son cosas que no reflejan la realidad nutricional. He dicho que lo pensé durante muchos años hasta que apareció un artículo científico que me gustó mucho, lo publiqué en mi blog y lo titulé: Una buena educación nutricional en las escuelas, estrategia antiobesidad. Así lo titulé y ahí encontraron el paper, la revista científica de base, que motivó a que yo me animase a retractarme de ese miedo que tenía a la educación nutricional en las escuelas.

01:08:49

¿Por qué? Porque demostraron mediante un estudio bien diseñado que con esa estrategia que ahora comentaré, los niños sí comían mejor, sí dejaban de comer peor, y sí tenían menos tasas de obesidad. Y la estrategia, curiosamente, no era positiva, era negativa. Sabes que yo he comentado el «saltar», ¿no? Que son cosas negativas. Evite el sedentarismo, evite el alcohol, evite la lactancia artificial. «Ya, ya, pero es que funciona así». Sé que no es muy romántico, pero es que funcionamos mejor cuando nos dicen los riesgos, que cuando enumeran los posibles beneficios. Se dedicaron a enseñar a los niños, y que ellos mismos lo enseñaran, y que ellos mismos hiciesen talleres y trabajos, muy pocos ítems relacionados con la nutrición. Los ítems fueron: uno, evita las bebidas azucaradas. Dos, evita el fast food. Tres, evita los aperitivos, sobre todo los aperitivos salados. Cuatro, evita las pantallas o disminuye las pantallas, el tiempo de sedentarismo sobre todo ante una pantalla. Y dos cosas positivas: haz más ejercicio, que también dijeron: «Evita el sedentarismo»; y toma más frutas y hortalizas, que también dijeron: «Toma menos productos malsanos». Esto se tradujo de forma clara en que los niños comieron mejor o dejaron de comer peor. Los daños a la salud no se compensan tomándote soja germinada, es mejor que recuerdes que tanto para tus hijos como para ti, la clave es alejar de tu día a día los productos malsanos, que piensas que son excepción pero que, en realidad, son norma. Ese sería el resumen.